CASO CREPÚSCULO: ¿ROMANTIZARON LA DEPENDENCIA EMOCIONAL?
- Lorena Rivera
- 2 mar 2021
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 4 mar 2021
La saga crepúsculo fue una de las más populares en su época, contando con un fandom increíble y pequeñas guerras entre ellos en donde discutían si Bella Swan, el personaje principal, debió quedarse con el lobo Jacob Black o el vampiro Edward Cullen. De cualquier manera, todos conocemos el final de este trío amoroso que se sostuvo por tres largas películas (y libros, aunque solo hablaremos del producto audiovisual) y que finalmente nos brindó dos películas más— Amanecer Parte 1 y 2— en donde se desarrolla el matrimonio de la pareja principal y se enfrentan a un reto muchísimo más grande: el producto de una relación humana/vampiro. Pero, en esta nota, no hablaremos precisamente de lo que ya se sabe, en lugar de ello, tocaremos un tema mucho más profundo. La romantización de relaciones tóxicas y dependencia emocional que nos dejaron muchas “teen movies”, específicamente en la aclamada saga de crepúsculo.

Para ello, necesitaremos desglosar las películas en el desarrollo de sus personajes principales y la trama que envolvió al mundo entero: un romance prohibido. Isabella Swan, conocida solamente como “Bella” es el personaje principal que se nos presenta como una chica diferente a las demás. Siente no encajar en este mundo, se siente incómoda con el usual comportamiento del resto de sus compañeros, es hija de un matrimonio que terminó en divorcio y por asuntos de su madre, terminó viviendo con su padre, en Forks, un pequeño pueblo de menos de 3 mil habitantes en Estados Unidos. Aquí ya podemos encontrar las primeras disyuntivas: está buscando un lugar en dónde encajar, se encuentra en un pueblo pequeño en donde todos se conocen, está muy lejos de su zona de confort y apenas tiene una relación con su padre, Charlie. Una de las críticas más aclamadas a muchas de las teen movies es presentar a un personaje femenino hastiado de los comportamientos asociados estereotípicamente con la feminidad. Odia las compras, el romance le parece un desperdicio y se considera diferente a el resto de “chicas”. Pero curiosamente, mientras más avanzamos en la película, más frágil y necesitada de protección y afecto se muestra. Claro, que esto está completamente justificado porque ella es una humana y su príncipe azul un vampiro, ¿no?

Si profundizamos un poco más, quizá esto se deba a la falta de una figura paterna en su crecimiento,— aunque no necesariamente, es una especulación— por lo cual busca constantemente alguien que la proteja, si no fue Edward, ¿Jacob, quizá? Por otro lado, desarrolla una dependencia emocional tan fuerte a ambos personajes que llega a afirmar que daría su vida por el primero, que cambiaría todo por él, que sería capaz de dejar a su familia para que su amor triunfe. Cuando el vampiro no está, tras buscar muchas maneras de provocarse daño, busca en el licántropo el mismo afecto, considerando que si Jack no está con ella, podría ser capaz de cometer cualquier locura.

Dejando en claro la dependencia que desencadenaron en Bella estos personajes, la relación tóxica que se formó tampoco pasa desapercibida. En la primera película, observamos a un Edward Cullen confuso y disperso, uno que busca y escapa de la adolescente — tema muy importante que se mencionará más adelante— Se siente profundamente atraído por ella, (aunque el supuesto coqueteo de parte de ambos en la primera entrega no parece realmente uno) pero está seguro que no es bueno para ella por lo que le pide amablemente — un poquito de sarcasmo no está de más— que se aleje si no quiere meterse en problemas. Aún así, es él es la persona que no deja de buscarla, que se mete en sus sueños, en su habitación (¡literalmente!) y en su vida. Una vez juntos, la dinámica de buscar y huir no termina, tampoco la de sentirse obligado a “protegerla” aunque eso la deje más en peligro y tomar decisiones por su bien. Por si no fuera poco, su amor es tan fuerte que afirma que no puede vivir sin ella o en un mundo en donde no esté. En su momento, quizás fue una frase muy romántica, pero después de analizar toda la trama, ¡es una redflag!

Jake (o Jacob), el otro personaje dentro del triángulo amoroso, es el rival del vampiro y eterno enamorado de Isabella, que por protegerla (sí, todos deben protegerla porque es una muchacha frágil inmersa en muchos problemas) también siente que debe tomar decisiones por ella, con arranques de ira— excusados por su naturaleza de lobo— y porque lo mejor para ella es estar con él, aunque ame a otra persona. Este personaje tiene la finalidad de empatizar más con los televidentes, porque sufre muchísimo el rechazo y se vuelve el mejor amigo dispuesto a cuidarla desde las sombras aunque nunca sea escogido— Plot Twist: ¡se queda con la hija!— Sorprendentemente, en una sola película, tiene muchísimo más desarrollo de personaje e incluso en la propia relación con Bella que con el mismísimo Edward, finalmente escogido como el favorito. ¿No es curioso?
Ahora, se repitió mucho en la nota el término teen movie, y es muy importante. El público al que van dirigidos estas producciones, como su mismo nombre lo dice, son los adolescentes. Muy fáciles de influenciar y hacerles creer que un romance tan tormentoso (que no es calificado como tal) es normal. Independientemente de que sea ficción, muchas personas fuimos las que crecimos con este tipo de contenido (¡incluida yo!), por lo que terminamos deseando un romance de ese tipo, aunque de sano no tiene nada. No afirmo que sean malas producciones, porque no lo son. El lenguaje audiovisual que manejan es muy bueno, y para la época en la que se estrenaron fueron éxitos en taquilla. Lo que intento transmitir es la importancia de la educación en salud mental. Dejarle claro a los que ven este tipo de contenido que todo es ficción y noten que esos comportamientos no son normales ni deben romantizarse.
Es fundamental el ojo crítico para estos metrajes, y si ya lo sabes y estás muy seguro de que esto no te influenciará (ni a los que se la recomiendes) en tu vida, no temas en hacer una maratón con nuestro vampiro y licántropo favoritos, disponibles ya en Netflix. Sin nada más que decir, cuéntame: ¿Team Jacob o Team Edward?
Soy team Edward for ever😍 . Basta ya de romantizar las relaciones tóxicas.
Soy team Edward, pero tienes muchas razón en lo que comentas!!! Muy buena crítica 😁👍