CASO 3MSC: ¿ROMANTIZARON EL ABUSO Y LAS RELACIONES TÓXICAS?

Todos, definitivamente todos, conocemos la película española Tres metros sobre el cielo, también llamada "3MSC", en donde conocimos al popular Mario Casas y a la talentosísima María Valverde, quienes encarnaron una de las parejas tóxicas más famosas y abusivas de las teen movies, Hache y Babi. Aunque nacieron de una trilogía de libros por Federico Moccia y dos de ellos llegaron a la gran pantalla, nos enfocaremos solo en la primera entrega, ya que posee de las escenas y comportamientos más tóxicos que envolvieron la adolescencia de muchos de nosotros — al igual que en el Caso Crepúsculo, ¡lee la nota aquí, en nuestra web!— y, lamentablemente, afectaron la salud mental y emocional de miles de jóvenes sin siquiera notarlo.

Empecemos hablando un poco sobre nuestro personaje principal, "Hache", aunque su verdadero nombre es Hugo Olivera . Este misterioso bad boy de personalidad agresiva, con un pasado conflictivo en donde la infidelidad de su madre caló hondo en su comportamiento. Lo que— primer redflag— no es ni por un mínimo porcentaje justificación de sus terribles tratos hacia las mujeres, amistades y actitudes. Contrariamente, nuestra querida Babi — aunque muchos llegaron a odiarla cuando tuvo un segundo de sensatez allá por el final de la película— es una adolescente aplicada, está en un escuela de ricos y su vida parece bastante tranquila. El destino— O el guion a fuerzas— encontró la manera de que la vida de estos personajes tan diferentes se una. El primer encuentro fue pero fatal y la primera muestra de acoso en toda la película. Hache se acerca a Babi gritándole "fea" en la calle, tomando su mano a fuerzas y diciendo una que otra frase que la llenan de incomodidad. Seamos realistas, ¿es realmente esta una escena romántica? ¿disfrutarías un contacto de ese tipo en la calle? Lo dejo a tu criterio.

El segundo encuentro es incluso peor, los amigos de "H" junto a él— ¿o banda de delincuentes?— se colan a una fiesta de gente rica (que por obras del destino o algún ser mayor es de un amigo de Babi). Otro clarísimo redflag, ¿por qué dejaron entrar a unos desconocidos, mucho mayores que ellos, a esta fiesta? ¿Por qué no llamaron a la policía? Pero digamos que en este mundo ficticio esta situación tiene lógica, así que continuemos. Aquí también conocemos a la mejor amiga de Babi, Katina, que es mucho más sociable, atrevida y "genial", que convenientemente conoce a Pollo, el mejor amigo de Hache... Y así, tenemos a dos duplas que normalizarán lo terrible que es la misoginia, abuso, acoso y relaciones tóxicas en la próxima hora con 58 minutos de metraje.

Hablar de cada escena y su muestra de tópicos alarmantes como normales sería escribir una nota que parecería más un ensayo literario, así que nos centraremos en ciertos ejes principales: el abuso y las relaciones tóxicas.

La mayoría de personajes masculinos nos muestran comportamientos misóginos, abusivos y agresivos, como si quisieran dar a entender que la masculinidad debe verse así para ganar más "hombría". ERROR GIGANTE, ¿no es esto generar una visión de masculinidad tóxica en todos aquellos que ven este tipo de contenido desde jóvenes sin una clara educación y mención que no debe ser así?

Al parecer, estos personajes estereotipados de la peor manera consideran que la solución a todo y su propia diversión es la violencia, de cualquier tipo. Golpean gente cada cuatro minutos aproximadamente, rompen cosas, cometen actos delictivos, acosan sexualmente—sea con tocamientos o frases obscenas—a mujeres, insultan y ¡se quejan de ser incomprendidos por haber tenido una infancia dura!

Ni hablar de las mujeres presentes en el filme, que parecen estar pululando al rededor de alguno de estos machitos todo el tiempo. Es como si su vida estuviese definida desde que los conocieron, por lo que su raciocinio fuese inexistente y terminan tomando las decisiones más insensatas para el desarrollo conveniente de la película. Casi que parece ilógico como se llegan a enamorar de estos hombres cuando, literalmente, en todas las escenas terminan insultadas o metidas en algún problema causado por aquellos que llaman " el amor de mi vida".

Es casi absurdo, las escenas resultan exageradas, no puedes llegar a generar empatía con los personajes al no sentir real la historia, porque la conveniencia de los sucesos resulta forzada. La consecutividad de la película y la rapidez de algunos momentos que deberían verse naturales resultan hasta ilógicos. La propia Babi, incluso, está creada a puro acomodo de Hugo, ¿Qué se sabe de ella? ¿Cuáles son sus gustos? ¿Qué quiere hacer al terminar la escuela? ¡Nunca nos enteramos nada de ella! Solo sabemos lo inmensamente enamorada que está de un agresivo badboy, que la ve como si fuese su centro de rehabilitación.

Y esta última frase nos lleva al final, ¿por qué una película romantizaría a ese punto que una mujer es la única que puede calmar y hacer cambiar a un hombre abusivo? ¿Acaso ella está obligada a quedarse con él aunque sepa lo tóxico y dañino que resulta su relación? Durante las casi dos horas de metraje, observamos muchísimas discusiones, llanto, sufrimiento y dolor. No hay ni cinco minutos en el que veamos actos enteramente buenos realizados por amor, es un cuadro clarísimo que todas las relaciones abusivas y violentas pasan. Por lo que es claro que muchos de los que crecieron viendo estas teen movies creyeron, en algún punto, que eso era atractivo, que esos comportamientos eran normales y hasta deseados en su pareja.

Tres metros sobre el cielo es y siempre será una película icónica de los 2000— estrenó en el 2010 y recaudó más de $3,000,000— pero eso no quiere decir que haya que olvidar lo que está mal. Si te gusta su contenido y sabes que es enteramente ficción, nadie puede detenerte de disfrutar esas buenísimas actuaciones. Solo no olvidemos la importancia de la salud mental, la lucha de muchas personas que día a día intentan salir de relaciones tóxicas, y jamás, pero jamás piensen que un amor de verdad debería verse y sentirse así.